En esta nueva entrega de Divulgadores Incubadora, las reflexiones las planteo yo misma.
Las nuevas generaciones, ¿cuentan la clásica de manera diferente?, ¿el acceso a más información les hace más críticos con el sistema de estudios? ¿Qué es el éxito?
Éxito podría ser lo que ha obtenido César Lucas con su perfil de divulgación, Arte Sin Dormirte. Lo es en la era de la hipermodernidad y el click, y tanto que lo es. ¡Bravo! Pero digo podría, porque los que me conocéis sabéis que para mí el éxito tiene que ver más con esto:
De cualquier modo, es Arte Sin Dormirte el protagonista de esta semana. ¿Por qué él, si es estudiante aún? ¿Por qué él, si es estudiante de musicología? ¿Por qué él, si es de otra generación? Porque es importante ver y aprender de lo que hacen las generaciones que vienen detrás de las nuestras.
Arte sin Dormirte es una cuenta de Instagram con chorrocientos seguidores. En concreto 18,4 mil. He de decir que su contenido llega hasta personas que no tienen nada que ver con nuestro mundo, algo que me parece muy positivo. Tengo colegas de otras profesiones que me han pasado sus publicaciones entusiasmadas.
No me atrevo a afirmar si nuestro protagonista y su generación cuentan la clásica de forma diferente, porque es cierto que hay mucho dolor en algunas de sus palabras hacia el sistema, (con las que ya sabéis que no comulgo.) La crítica debe ir acompañada de autocrítica.
Lo cierto es que cuentan la clásica y eso, tiene mucho valor.
Sin mover ni una sola coma, ni cambiando ninguna de sus expresiones ni frases, os dejo lo que escribió César para esta entrada. Con todos vosotros el creador de Arte sin dormirte.
CÉSAR LUCAS, CREADOR DE ARTE SIN DORMIRTE
Juana: ¿Cómo, cuándo y por qué empieza tu relación con la música?
César: Como la mayoría de los músicos, sentí ese extraño impulso que te empuja hacia la música, me acuerdo que ya desde muy pequeño, le pedía a mis padres que quería aprender a tocar el piano. La primera vez que escuche el timbre de ese instrumento fue hipnótico. Mi familia se sorprendió porque no hay ningún músico en ella y no sabían si tomarme en serio o no, tuve que insistir durante dos años, sin parar, hasta que por fin me apuntaran a una escuela de música. Se podría decir que mi “yo del pasado”, marcó el camino de mi “yo del futuro”.
J: ¿Cómo, cuándo y por qué empieza tu relación con la divulgación?
C: Creo que mis primeros pasos como divulgador comenzaron ya desde niño, como dijo Carl Sagan: “Cuando uno aprende algo, es como un enamorado, corre a contárselo a todo el mundo”. Siempre he sentido la necesidad de contarle a mis amigos las cosas curiosas que aprendía, con la esperanza de que ellos se sorprendieran tanto como yo al haberlas descubierto. En un marco más actual, este tipo de “curiosidades musicales” las pregonaba desde mi Instagram personal, sin embargo, siempre tuve el deseo de profesionalizar más las formas y dirigirme a un público concreto, no solo a mis conocidos. Esta pasión por compartir, y la preocupación que llevaba años rondando mi cabeza, sobre si la música clásica podía desaparecer a causa de la desconexión con los jóvenes, fue lo que me hizo dar el salto.
J: ¿Qué beneficios te reporta vincular la música con la divulgación como profesional en activo?
C: En mi caso personal, al haber tenido la suerte de haber podido crecer mucho en poco tiempo, he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas, de las cuales, he podido aprender mucho.
J: ¿Qué beneficios reporta a tus seguidores, oyentes y colegas que un intérprete en formación y profesión divulgue sobre clásica?
C: Quiero pensar que al estar en este sector de un modo más profesional, la variedad de contenido, y el rigor que le acompaña, puede estar más a la altura de las expectativas que si lo divulgara alguien que no conociera nuestro mundo desde dentro.
Gracias por contarnos tu experiencia. Está claro que tu punto fuerte es el lenguaje corto, por eso has conseguido tanto con Arte Sin Dormirte. Seguiremos al tanto de tu incubación de públicos.