Tras abordar el papel del docente, o del músico-docente en la INCUBACIÓN DE PÚBLICOS, (si no sabéis de qué hablo, podéis cliquear aquí y aquí), vamos a observar de cerca cuál es el papel del músico a secas. Sí, el intérprete, aquel máquina que sale extasiado del conservatorio a un mundo complejo, incierto, y como ya venimos avisando desde hace años, irreal.
Muchos, muchísimos años entrenando habilidades y destrezas para ser INTÉRPRETE. Así, con mayúsculas. Y claro, ya sabemos todos que bastante hemos estudiado y a bastante hemos renunciado a lo largo de nuestra vida como para que no nos toque vivir entre algodones. Bien cuidados, bien tratados y bien pagados. Estamos en nuestro derecho de reclamarlo. Razón no nos falta. Lo que nos falta es tomar consciencia de lo que realmente somos como intérpretes. Somos INCUBADORES DE PÚBLICOS.